El Hecho de Bordar es una acción donde muchos artistas actuales despliegan sus inquietudes y propuestas artísticas. Un registro expresivo que parte de la recuperación de un ámbito del espacio -y las prácticas- de lo doméstico. Un recurso plástico y creativo que busca vías de diálogo entre el artista y el espectador, porque bordar es narrar. Bordar tiene un valor importante, la manera de ejecutar el trabajo es equiparable a un ritual “sencillo”, pero transformado a razón de una necesidad íntima e intelectual. Quizá lo que se mantiene del oficio de bordar en su concepción original es el contacto íntimo con el material y su comportamiento, el silencio y la introspección llevada por la repetición de la técnica, el desvanecimiento del mundo externo a fin de llevar ese ritual a un diálogo entre sí y luego a una consecuente producción artística. Cada puntada es un trazo en el espacio y el tiempo, es intentar crear desde una situación de vacío y silencio interno. Las manos emp